Cuando el corazón se desboca, nace un artista...
El mejor espacio para que resida el bardo o el trueno que llega, es la magia; y la magia que acompaña este espacio, tan irreal, intangible, olagramico. Quiere invitar a los desbocadas de ganas de escribir a compartir cuanto dediquen sus días. A lanzar con fuerza las letras contra el papel sin papel.
Invitamos a los artistas al gran evento de decires, y cuantos decires cuenten, revelaremos el espacio y el momento. Bienvenidos artistas, bienvenidos todos los que saben en Colombia y el mundo, algo...
Saber Colombia
Inclusión al Artista - Alusión al Perfecto Artista
El color del alma no es artificial, no se mide su nitidez en pix, es como las fisuras diminutas de la selva: incontables he indomables, y en la fatiga de este planeta, indispensables.
Nada empieza sin una fuerza. Cada
cosa por pequeña que parezca, requiere de una fuerza que la mueva, que la
sostenga. ¿Cuantas fuerzas identifica la ciencia? 10 quizá más. Hay fuerzas que
sujetan el alma, el alma no es cuerpo, el alma no tiene peso, pero es; y sin más
partidas ni fragmento las fuerzas que la sostienen, son in-medibles aun.
El dolor, la angustia es una fuerza que conduce el peso del alma, pero no
interviene en el espacio físico, sin embargo turba la conducción de un cuerpo,
pero no lo toca, pero sin duda, sostiene cada parte que lo contiene.
Un tramo de la vida humana, se
confunde con la vida del ser,contiene dos vistas de sí mismo. La metafísica, la
material. Pero irrisible la proporción entre ambas, porque no se tiene medida de
sostenimiento, de arrastre, de resistencia, de presión para el alma. El alma, lo meta-físico, permanece orbitando, sin acaecer claramente su contacto social en su segmento real; A pesar de que todos
hacemos parte de esta fuerza y que a todos nos sostiene.
Se levanta la fuerza, se levanta
el ser humano, se levanta la civilización, se levanta el ser humano. Se levanta
la libertad y cuando se es menos libre es cuando el alma es conducida por la
fuerza del dolor, ésta, inclemente, gravita y maneja por los senderos inestables el alma, en un camino sin cartografía,
sin tiempo y sin medida. Pero que continua dando forma, empujando el alma, que
reside en el cuerpo, imparable también.
Saber Colombia exige tiempo para el alma, queremos saber hacia dónde
queremos ir, escuchar el dolor y la angustia, examinar detenidamente cada
impulso que guía el alma, conocerlo y dejar que el alma revele sus criterios, revele
el sino de uno mismo; proponer ese encuentro con la mente, que se decidan. Porque no, por fin se inviten a conversar y se dediquen ritmos
del corazón.
Mentor Hoss
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