miércoles, 29 de febrero de 2012

Industrias creativas impulsan desarrollo y crecimiento


La promoción de espacios culturales genera creatividad e innovación en favor de la economía local.

Definitivamente, la cultura es un aspecto controvertido tanto para los organismos internacionales que se ocupan de ella, como para los estados y la misma sociedad.
Como lo expuso Alfons Martinell Sempere, investigador del tema cultural internacional y director de la Cátedra Unesco de la Universidad de Girona: “los gobiernos ven la cultura de acuerdo con sus orígenes”.
Martinell estuvo en el país invitado por la Escuela de Gobierno Alberto Lleras Camargo de la Universidad de los Andes, para ser ponente en el ‘Seminario de Políticas Culturales ¿Por qué y para qué invertir en cultura?’, donde anotó que “existe una miopía” de muchos gobiernos al tener una mentalidad tradicionalista sobre la cultura, pero que eso debe cambiar en favor del desarrollo económico a partir de la riqueza cultural. 
Para explicarlo, Martinell expone dos razones por lo cual se debe invertir en ella: “la primera, los mercados financieros están globalizados y frente a ello, las identidades culturales han adquirido otro protagonismo y no se ha homogenizado, se divesifican, por lo que podemos elegir y recibir una oferta amplia en música, literatura, arte, cine, pero a la vez, la promoción de ese valor debe ser lo local. La segunda razón es la creatividad y la innovación, que van unidas, sumadas a la educación que da el conocimiento”.
Estos, para el experto, son los ejes de desarrollo del futuro, por lo que se deben impulsar políticas de educación, gobierno y culturales para que se genere una inversión mayor en cultura.
“Si Colombia no invierte en su cultura va a perder talento, pues no existe desarrollo económico y social sin innovación y creatividad, y estas nacen de ambientes culturales y del conocimiento, y si no se tienen estos espacios que promueven la creación, esos talentos emigran, se van”. 
Una visión más amplia
Actualmente, la cultura va más allá de es esa riqueza de expresiones y manifestaciones culturales que identifican a un pueblo, es mucho más, es un item económico importante en países donde se ha potencializado su desarrollo.
Hoy, ese potencial se agrupa en las denominadas industrias culturales y/o creativas, que algunas administraciones locales, como sucede en Barcelona, le han dado un impulso destacado. 
Allí, comenta Martinell “llegan seis millones de turistas, que en las estadísticas dicen que vienen por la imagen cultural, por los museos, la arquitectura, la gastronomía, todos elementos culturales, y esto genera un flujo de dinero impresionante a la ciudad. En mi región, Cataluña, representan un 8 por ciento del PIB y la agricultura el 1,2 por ciento. Así las cosas, nadie duda en impulsar la cultura”, puntualiza.  

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